Fabiola Alzate: La física como pasión y herramienta para entender la vida

“Entender el funcionamiento de las cosas. Entender la vida misma. Cuando uno habla sobre las razones por las que estudia física, tiene que ser muy romántico”, dice Sandra Fabiola Alzate Walteros, mientras piensa en las razones que la llevaron a elegir su camino profesional. Ella tiene 27 años y nació en Arauca, Arauca. Fabiola ha hecho su camino en la Universidad del Quindío: es profesional en Física, con maestría en Química y, actualmente, cursa el doctorado en Ciencia con énfasis en Física.
También, se ha desempeñado como auxiliar del Instituto Interdisciplinario de las Ciencias, ha acompañado procesos de investigación particulares y es docente en el programa de Ingeniería Civil de la Uniquindío, “He descubierto una Fabiola muy apasionada por enseñar física”, dice. Fabiola hace parte del Grupo de Investigación de Optoelectrónica con el que estudian las propiedades de los materiales, sobre todo la respuesta de estos cuando interactúan con la luz.
Como investigadora, siempre se ha enfocado en estudiar los materiales desde diferentes frentes para optimizar las propiedades y enfocar las aplicaciones. En el pregrado trabajó con la técnica de epitaxia en fase líquida con el fin de sintetizar un material semiconductor a partir de esta técnica. En la maestría trabajó con materiales en nanoescala: óxido de zinc, la idea era optimizar sus propiedades ópticas para luego ver posibles aplicaciones.
Recientemente obtuviste una beca con el Icetex y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación: a través de la convocatoria formación en doctorados nacionales con enfoque territorial, étnico y de género en el marco de la Política Orientada por Misiones. ¿Cómo ha influido en tu camino profesional?
Este programa ha influido mucho en mi camino profesional porque me dio la oportunidad de empezar el doctorado. Creo que no pensaba estudiar este posgrado porque es muy costoso, entonces fue una opción muy linda que llegó en el momento adecuado y que ha beneficiado a muchas mujeres que le apuestan a la ciencia en el país.
La beca es muy importante sobre todo por lo que representa: disponer un programa con un enfoque de género y etnia. El Icetex y el Ministerio de Ciencia le apostaron a abrir las puertas a toda la población de manera justa. No es un secreto que la participación de las mujeres en la ciencia es mínima, que nos cuesta mucho mantenernos en pregrados en áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas y, luego, llegar a estudiar posgrados. De manera que estos incentivos permiten que se ajuste un poco la balanza, sobre todo para nosotras.
En el marco de tus estudios de doctorado, desarrollas un proyecto de investigación que tiene un componente de sostenibilidad muy importante. Hablemos sobre este.
Para mi tesis doctoral me propongo trabajar con puntos de carbono. Un punto de carbono es un núcleo de carbono que a su alrededor tiene una variedad de grupos funcionales, cuando estos o el medio varían, él optimiza algunas propiedades y puede tener diferentes aplicaciones. Este material está en escala nano, es decir, que tiene un tamaño de uno a cien nanómetros. En el grupo de investigación, hemos venido estudiando diferentes aplicaciones, así como modificaciones en la obtención del punto de carbono.
La idea ahora es modificar el medio que tiene el punto de carbono para que optimice las propiedades y sea utilizado como un degradante. Queremos degradar dos colorantes que están en el agua y en ríos de la región, este es el problema que queremos reducir, así como entender los mecanismos de interacción de un punto de carbono con los colorantes.
En conclusión, desde una mirada muy académica, buscamos entender los mecanismos, pero también este proyecto tiene un enfoque más grande: la aplicación, poder degradar estos colorantes que cuando están en gran cantidad o aglomerados, dañan el ciclo de la vida: afectan la flora, la fauna acuática y a las personas.
¿Cómo ha sido tu trayectoria y experiencia como mujer en la ciencia?
Mi experiencia en un campo dominado por hombres ha implicado un esfuerzo adicional. El machismo pone una carga muy pesada para nosotras. Sin duda, las mujeres hemos ido ganando muchos espacios en la toma de decisiones, en la ciencia, en espacios de poder, pero aún nos falta. Esta es una estructura patriarcal que replica unos roles de género muy marcados. Ha sido una constante el tener que demostrar que yo como científica mujer sé, que sí puedo hacerlo. Eso es muy desgastante porque además de que tengo que estar en un área densa, mi valor debe demostrarse y afirmarse constantemente. Es claro que las científicas y los científicos no empezamos desde el mismo punto ni enfrentamos los mismos obstáculos.
Ahora bien, sin duda, vivimos en tiempos mejores para las mujeres, pero podemos estar mucho mejor. Hay universidades –de hecho, la Uniquindío– en las que la planta docente de Física es una mujer por cada cinco hombres, lo mismo sucede en los grupos de investigación y en las publicaciones. Esto no es una queja, es una realidad que nos ha desgastado y que gracias a que la hemos hablado y nombrado, ha habido avances.
Sin embargo, quisiera también señalar que trabajo en un grupo de investigación en el que todas somos mujeres. La directora es la Dra. Liliana Tirado y trabajamos muy bien. Es un grupo interdisciplinario muy interesante, somos mujeres de ciencia, entonces esto me llena de orgullo.
Fecha de publicación 04/02/2025
Última modificación 04/02/2025