Leszli Betancourt, estudiante de Arte Visuales, expuso su obra en Calarcá

Eternos: exploración introspectiva del rito funerario es un proyecto de investigación-creación realizado por Leszli Zharitk Betancourt Hurtado, estudiante de noveno semestre del programa de Artes Visuales de la Universidad del Quindío. Esta obra, que forma parte de su trabajo de grado y está expuesta hasta el 30 de mayo en la Casa de la Cultura Lucelly García de Montoya de Calarcá, es una exploración introspectiva del rito funerario para afrontar la pérdida, la muerte, el duelo y el simbolismo de estos conceptos.

Mediante instalaciones y obras multisensoriales, la artista examina cómo el duelo se ritualiza, cuestionando nuestra relación con la mortalidad y la memoria. "No solo hablo de la muerte —señala—, sino de lo que queda vivo en ella: gestos, objetos y espacios que nos permiten trascender". Con Eternos, Leszli no solo exhibe arte: propone un espacio de encuentro donde el dolor se transforma en poesía visual.

El trabajo artístico de la estudiante uniquindiana abarca una variedad de técnicas, incluyendo dibujo, pintura, instalación, grabado, fotografía, collage y videoarte. Explora temas fundamentales como la vida, muerte, naturaleza, memoria, fantasía y el imaginario, temáticas a través de las que investiga tanto sucesos colectivos como experiencias personales, creando un espacio donde la cotidianidad se entrelaza con lo extraordinario.

Cuéntanos sobre tu exposición de trabajo de grado.

Eternos: exploración introspectiva del rito funerario es un proyecto que se centra en una indagación profunda y personal sobre las ceremonias fúnebres en el contexto de la tradición católica. Su objetivo principal es explorar, a través de la práctica artística, el proceso de duelo vivido tras la pérdida de seres queridos, reconociendo cómo estos rituales ofrecen un espacio simbólico de despedida, reflexión y contención emocional.

Desde un enfoque fenomenológico, la investigación busca captar y comunicar las emociones, pensamientos y significados que emergen en torno a la muerte y el duelo, generando una representación visual capaz de resonar con quienes han atravesado experiencias similares. A través de obras multidisciplinares (pintura, grabado, instalación y collage), se construye un lenguaje poético que crea un espacio de empatía, donde el arte actúa como mediador entre la pérdida y la memoria.

De este modo, el proyecto propone un diálogo sensible sobre la naturaleza del duelo y el valor simbólico de los rituales funerarios como mecanismos de sanación y permanencia afectiva.

¿Cómo fue el proceso de investigación y creación?

Esta investigación-creación surge a partir de vivencias personales que experimenté en diferentes etapas de mi vida. La más reciente, la muerte de mi tío, fue el catalizador que me llevó a abordar específicamente el rito funerario como una expresión simbólica de los dolientes hacia los fallecidos, ya sea para mostrar respeto, afecto o amor.

En ese momento, comencé a investigar estos simbolismos, específicamente en el contexto de la religión católica. Dado que el trabajo es muy introspectivo y reflexivo, partí de una metodología fenomenológica, basada en experiencias propias, así como en aquellas que he visto o escuchado en diferentes contextos. A partir de esto, se dio inicio a la investigación, la cual ha durado varios años, desde principios de 2022.

¿Has realizado otras exposiciones o trabajos artísticos?

Sí, he participado en una exposición colectiva cuyo objetivo era recuperar espacios en la ciudad; en este caso, el mercado La Minorista en Armenia. Esta exposición tuvo lugar en 2022 y buscaba revitalizar estos espacios olvidados por la ciudadanía. Presenté una obra titulada Ciudad Milagro, en la que abordé el tema del terremoto, utilizando escombros de edificaciones afectadas por el sismo.

Además, he sido publicada en la revista La Expuesta en dos años consecutivos: en 2023 y en 2024. Esta revista forma parte de un programa de artes visuales y en ambas ediciones abordé temáticas diferentes: en 2023, el paisaje como recuerdo; y en 2024, la decolonialidad.